"No es posible asegurar el futuro. Sólo es posible perder el presente" -Ivan Klima-

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Piedra a piedra: La obra de un gigante


 

  Esta es la historia de cómo aprendí a ver las piedras con otros ojos: como una oportunidad y no como un obstáculo.




Patrick McAfee, un irlandés residente en Dublín de 62 años semi-jubilado que visitó Mallorca por primera vez en 1974 y quedó encandilado por su belleza. Su oficio es el de "marger" o albañil de piedra seca en Irlanda. Ha trabajado durante más de 30 años dedicándose a construir y restaurar paredes de piedra, pozos, barracas, etc. así como a rehabilitar patrimonio en Irlanda relacionado con la piedra (puentes, castillos, etc.). También ha conseguido editar múltiples libros explicando las técnicas de trabajar la piedra para aprovechar los recursos naturales.
Patrick McAfee el 23 de marzo de 2013 en 
el "Camí de l'Arxiduc" en la Sierra de Tramuntana de Mallorca.

 
En el año 2006 consiguió volver a Mallorca en busca de la Ruta de la Piedra en Seco (GR-221) de la Sierra de Tramuntana, declarada desde 2011 "Patrimonio de la Humanidad" por la Unesco (en la categoría de "Paisaje Cultural"). Ahí fue cuando le conocí. Contactamos por Internet en un momento en el que a ambos teníamos un interés común: la piedra. Compartimos nuestra primera excursión juntos a La Trapa (Andratx, Mallorca), junto con mis grandes amigos "margers" Guillem Bujosa y Arturo Mañez, con los que compartí algunos años de experiencia con la piedra.
 
John, Patrick y Arturo
 
Desde entonces, vuelve a visitar con asiduidad, sólo o con acompañantes de todo el mundo (como John Shaw-Rimmington, presidente de la Asociación de Piedra en Seco de Canadá, que tiene un blog llamado "Thinking with my hands"), la ruta de piedra en seco una y otra vez para redescubrir sus rincones y parajes naturales de ensueño únicamente retocados por la mano del hombre con elementos de piedra seca ("marjades" o bancales, hornos de cal, casas de nieve, etc.) fruto del trabajo de cientos y cientos de personas que trabajaron y respetaron este entorno, en lo que se ha denominado "La obra de un gigante" (A Giant Work), como lo bautizó Antoni Mir en su documental sobre la piedra y la Sierra de Tramuntana. Una obra fruto de la suma de miles de esfuerzos a lo largo de los años que aún perdura, y que se ha ido labrando paso a paso, piedra a piedra.
 
Margers trabajando en Lloseta cerca de Tossals Verds
En la Sierra de Tramuntana hay unos 19.000 Km lineales construidos de muros y bancales, lo que equivale al triple de la longitud de la Gran Muralla China. 
 
Gracias a esa admiración que compartimos por "la obra de un gigante", hemos instaurado la tradición de compartir durante unos días al año, alguna que otra ruta por los caminos de la ruta de la piedra en seco de nuestra querida Sierra de Tramuntana.

Es emocionante conocer a personas como Patrick y sus amigos "margers" de todo el mundo, gente que ha pasado la vida trabajando el elemento de la piedra en bruto, con mucha pasión y grandes dosis de cariño, para convertirla en un elemento que pivota entre el arte, la artesanía y el respecto por el medio ambiente en el que se enclava.

Y es que la Sierra de Tramuntana es testigo centenario de la obra de miles de personas anónimas que han ido construyendo piedra a piedra, la obra de un gigante. Una obra sin firma, sin una figura visible. Una obra realizada por muchos (muchos Patricks, Guillems, Arturos...) para todos.

La esencia de esa obra es la que atrajo a Patrick a volver una y otra vez a Mallorca a disfrutar y revivir la experiencia de caminar entre las piedras que acompañan el camino en forma de bancales (marjades), hornos de cal, barracas de carbonero, casas de nieve y otras muchas construcciones de piedra. 

Las piedras se sustentan unas a otras, creando un puzzle, unidas entre sí en una armonía perfecta, sin uso de cemento ni argamasa, creando un todo en el que cada parte es importante para el resto.

Mis amigos "margers" Patrick, Guillem y Arturo me enseñaron que las piedras pueden enseñarnos más de lo que parece.
 
 
"Una sola piedra puede desmoronar un edificio"
Francisco de Quevedo

 
 

martes, 26 de noviembre de 2013

La magia de lo común: Extraordinariamente sencillo, sencillamente extraordinario.

Hoy dos historias o episodios musicales extraordinariamente sencillos y sencillamente extraordinarios.

El primero ocurrió en Atlanta, en el momento en que Carlos Whittaker grababa un videoclip de su canción "God of Second Chances" (el Dios de las segundas oportunidades), cuando irrumpió un vagabundo llamado Danny, interviniendo en la canción... acabando por formar una curiosa improvisación que acabó en un dúo perfectamente sincronizado.





La segunda historia ocurre en el Metro de Madrid, mientras todo transcurre con normalidad en el transcurso de un viaje de la línea 10, dos jóvenes entonan una curiosa versión de la canción "Para no verte más" (La Mosca), que acaba en una versión improvisada rapeando sobre lo que ocurre alrededor de la gente que ocupa el vagón. Estos dos jóvenes van "fabricando sonrisas" por debajo de la ciudad.


Una delicia para los sentidos ambos. Bienvenidos a lo extraordinario del día a día en las calles de cualquier ciudad del mundo.

Nota: Historias conocidas gracias a Albert Bonnin (GoodKid), Paco Torres @fmtorresgamez y Pedro Ramis @pedroramis

"Quién se emociona por lo simple suele no ser simple"
José Narosky