"No es posible asegurar el futuro. Sólo es posible perder el presente" -Ivan Klima-

jueves, 30 de agosto de 2012

Cerdos o gallinas ¿Qué tipo de socios quieres para emprender?

 En estos días en los que el mercado laboral tiene acorralados a unos, que han perdido su empleo y no encuentran recursos para revertir la situación por la ausencia de oferta... y acongojados a otros, que mantienen su empleo, bajo la continua amenaza de la espada de Damocles... deseando que las cosas mejoren, pero sin expectativas reales de que eso se produzca, por lo que se hace bueno aquello de "virgencita, que me quede como estoy", se ha añadido a las conversaciones mundanas de café entre conocidos y amigos el tema de la posibilidad de montar un negocio por parte de gente que, hasta el momento ni se lo había planteado.

Ese "oye, tenemos que montar algo juntos" se ha convertido en una frívola y peligrosa propuesta que se lanza a diestro y siniestro, muchas veces sin detenerse excesivamente a pensar en lo complejo y arriesgado que puede suponer llevar a cabo dicha empresa, y mucho menos en la necesidad de compromiso que requiere.

Esta reflexión, que leí en el Blog de Pymes y Autónomos http://bit.ly/OthZIT me hizo recordar una historia que me contó recientemente mi padre sobre una conversación entre una gallina y un cerdo, que estaban hablando de la posibilidad de asociarse para montar un negocio juntos. En plena tormenta de ideas, la gallina le propuso al cerdo llamar a la futura empresa "Bacon & huevos", para que estuviesen representados ambos socios. El cerdo, después de pensar en ello unos segundos le contestó a la gallina que no estaba de acuerdo con ese planteamiento de negocio, ya que en ese "negocio" la gallina sólo estaría "implicada" (ponía los huevos), pero él estaría realmente "comprometido" (ponía el bacon) y eso era un planteamiento totalmente descompensado. En ese negocio estaba claro quien "ponía toda la carne en el asador" (nunca mejor dicho).

Esa diferencia entre implicarse y comprometerse con un proyecto empresarial es básica, y es una de las alertas que probablemente se tengan que tener en cuenta a la hora de elegir socios para emprender un negocio común.

Recuerdo otra historia que me recuerda siempre esta diferencia. Una noble señor, que contaba con un pianista contratado en su casa para amenizar las veladas de la familia, tras oír una de las piezas que acababa de ejecutar le dijo: "Haría lo que fuera por tocar como usted". A lo que el pianista contestó: "No lo creo". Sorprendido por la réplica, el noble señor le preguntó: "¿Por qué dice que no lo cree?". A lo que contestó: "Pasaría usted 20 años ensayando entre 5 y 7 horas al día?". "Hombre, eso no". "Pues a eso me refería".

En los momentos clave será cuando esa diferencia cobre una vital relevancia, como decía Alfonso Alcántara (@yoriento) "no son los fracasos los que nos enseñan, sino cómo nos sobreponemos a ellos", y ahí es donde el compromiso de tus socios jugará un papel decisivo, entre otros.

"Cuando te reclamen para un favor o un compromiso, infórmate, previamente, de qué se trata, no vaya a ser que no estés dispuesto a hacerlo, ya sea por incapacidad o falta de voluntad"



jueves, 3 de mayo de 2012

Una empresa "de mierda" muy rentable

¿Quién iba a pensar que la caca de perro podía ser un gran negocio? Pues un visionario llamado Jacob D'Aniello, que fundó DoodyCalls en EEUU en el año 2000, intuyendo que recoger excrementos de perro, tarea poco placentera que además roba tiempo a los propietarios de los canes, podría ser un buen nicho de negocio.

Tan sencillo como pagar una pequeña cantidad para que la empresa realice dicha labor de "soporte" por ti (cuentan con diferentes líneas de servicios personales, a comunidades, propiedades.... así como una serie de servicios complementarios a la actividad principal, como desodorización de jardines, etc.). La web no tiene desperdicio (valga la redundancia), incluyendo curiosidades escatológicas del estilo "¿cuántas cacas se necesitan para subir y bajar nuevamente del monte Everest? 400.000" y utilizando el humor como estrategia de argumento de venta: "¿Tienes un perro? Entonces probablemente tengas excremento de perro (...según nuestra experiencia las probabilidades son de casi el 100%)".

Es el sota, caballo y rey del inicio de la viabilidad de una idea de negocio: Donde haya una necesidad, un trabajo que alguien no quiera hacer, siempre habrá una oportunidad. "La única manera de que este negocio falle es que la gente ame levantar los desechos de sus mascotas", explica Jacob D'Aniello, y probablemente por ello, tenga el negocio asegurado por el momento, que no es poco, ya que factura 4,5 millones de dólares anuales y cuenta con 55 franquicias en 22 estados. 

Esta es la prueba de que una idea de negocio puede surgir de lo más profundo de las alcantarillas, pero convertirse en un reluciente y muy rentable empresa.

"Espero que no perdamos de vista que todo empezó por un ratón" 
-Walt Disney-


sábado, 17 de marzo de 2012

Protección de datos: Medidas desesperadas



El otro día recordé un episodio que nos ocurrió hace un tiempo cuando un familiar (para salvaguardar su anonimato le llamaremos "tío Juanito"), en un arrebato tecnológico, se compró un Ipad.

Como correspondía a su generación, la tecnología más avanzada a la que estaba acostumbrado era una tostadora-radio que tenía en la cocina (no entiendo como no se hicieron más populares, ya que era una idea fantástica de fusión de dos elementos clave en una cocina). Siempre tuvo inquietud por la innovación tecnológica, llegando a poner un transistor encendido con la misma emisora en cada estancia de la casa, pudiendo escuchar la radio durante el trasiego matinal por la casa sin necesidad de los molestos auriculares del walk-man. Fue por tanto, precursor del hilo musical (un adelantado a su época).

El caso es que primero fue el PC de sobremesa, y finalmente dio el gran salto, encargó un Ipad antes que saliese incluso en las tiendas. Como en Apple son muy modernos, tanto en sus establecimientos oficiales como en los grandes almacenes  exponían las nuevas tabletas Ipad permitiendo que los posibles compradores pudiesen probarlas.

Así, fuimos una tarde antes de recibirlo a unos grandes almacenes (para evitar publicidad y salvaguardar su anonimato los llamaré E.C.I.) a probar el nuevo Ipad. Una vez que estuvimos allí, comprobamos las utilidades de la última novedad tecnológica del momento, que presumía de ser intuitiva y "apta para todos los públicos".

Una vez que entramos en las aplicaciones (Apps para los modernos) del novedoso utensilio (tablet para los modernos), pudimos acceder a Internet primero, y a la cuenta de correo electrónico a modo de prueba. Cual fue nuestra sorpresa, cuando intentamos cerrar la sesión de la cuenta de correo. ¿Pero esto no era para tontos? Intuitivo es cuando metes el dedo en aceite hirviendo y tu cuerpo te pide que levantes la mano de la sartén y maldigas a San Koipesol (o San Carbonell según te dé).

Resumiendo, no fuimos capaces de hacer buen uso del intuitivo sistema y tuvimos que llamar al responsable de la sección de informática de los grandes almacenes de E.C.I. que acudió presto y voluntarioso. Tras unos minutos de lucha encarnizada con la tableta, el encargado claudicó y se dio por vencido indicando que no era capaz de cerrar la sesión de correo electrónico, por lo que debería llamar al técnico especialista de Apple, que tenía que solventar el problema. Eso me recordó al chascarrillo del mecánico cuando le llevas el coche, lo enciende, tuerce la expresión y te dice: "No me gusta como suena. Esto va a ser la trócola. Habrá que pedirla a Alemania"... Pero, ¿qué demonios es la trócola? y ¿por qué nadie en España tiene trócolas por si acaso?

Mientras tanto, ya que la tableta estaba "encadenada" sin remedio al aparador, a disposición de cualquier cliente curioso, había que tomar una decisión drástica para salvaguardar nuestra intimidad y que cualquiera no pudiera acceder a nuestro correo electrónico después de nuestra marcha. Así que el encargado, con buen criterio (para eso es "encargado"), ni corto ni perezoso se hizo con una bolsa tamaño mediano de sus almacenes E.C.I. e introdujo la tableta Ipad dentro, cerrando con cinta aislante finalmente la bolsa para acabar de proteger la tableta. Con ello quedó salvaguardada nuestra intimidad hasta la llegada de la trócola alemana, perdón, del técnico de Apple.

Recuerdo esta praxis de protección de datos con cariño, como anécdota para contarla en las cenas con amigos... o escribirlo en un blog. Eso sí, yo también me esmero en proteger sus datos. Saludos a los empleados de E.C.I. y en especial al encargado de la sección de informática.

"Los ordenadores nacieron para resolver problemas que antes no existían" -Bill Gates-
"...y para crear otros que tampoco" -Un servidor-


sábado, 10 de marzo de 2012

A buen emprendedor... pocas palabras bastan

Hoy ser emprendedor/a está de moda. Cambiar la perspectiva y empezar un camino por cuenta propia se torna una de las pocas alternativas que se antojan posibles en un entorno poco fértil para la empleabilidad por cuenta ajena. 

Emprender no es camino llano, no en vano emprendedora es aquella persona que está dispuesta a arriesgar, a innovar, a reinventar, a abrir un nueva senda donde no hay camino... al estilo de los más intrépidos exploradores.

Sin ánimo de entrar en profundidad en esta primera incursión en el universo emprendedor, ya que es un ámbito complejo, que requerirá de mayor y más amplio análisis en futuros posts, si quisiera destacar uno de los puntos de partida de la persona emprendedora a la hora de empezar a analizar su idea de negocio.

La persona emprendedora tenderá a ver oportunidades donde otros, afectados de miopía empresarial, solamente vean problemas. Pero esa avalancha de oportunidades deberá ir concretándose en algo con cara y ojos.

El origen de la idea de negocio puede provenir de muy diversas fuentes, tales como los problemas, las necesidades o los deseos, y ésta deberá ser sometida a un exhaustivo análisis posterior de viabilidad económica, legal, técnica y comercial. Pese a ello, a la hora de iniciar el proceso de planificación, convendrá concretar la idea de negocio de manera breve, sencilla, clara y unívoca, para no dispersar la idea en buenas intenciones.

Así, si una persona emprendedora no es capaz, a modo de elevator pitch, de enunciar su idea de negocio en pocas palabras de manera sencilla y clara, probablemente deba replantearse volver a empezar... Y es que a buen emprendedor... pocas palabras bastan (al menos al principio...).

"No entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela" 
-Albert Einstein- 

"Las grandes ideas son aquellas de las que lo único que nos sorprende es que no se nos hayan ocurrido antes"
-Noel Clarasó-