"No es posible asegurar el futuro. Sólo es posible perder el presente" -Ivan Klima-

miércoles, 2 de enero de 2013

El futuro ya no es lo que era

Ahora que empezamos año nuevo, y hacemos balance del año me viene a la mente la frase del poeta francés Paul Valéry que a principios del siglo XX ya decía que "el problema de nuestros tiempos es que el futuro ya no es lo que era" y eso es lo que creo que está de rabiosa actualidad en nuestros días, en nuestro recién finiquitado 2012.

Pienso en 2012 de manera global y su repercusión en términos generales y miro el teclado y me sale darle al Control+Alt+Supr, en la necesidad de resetear lo que hemos hecho mal hasta hoy. De volver a empezar. El otro día paseaba por la Puerta del Sol de Madrid, y me topé con el Km.0 y pensé: "Buen lugar para volver a empezar", desde el principio... pero de otra forma.

Después de un año conociendo a muchos jóvenes (y no tan jóvenes) víctimas del desempleo y de los hachazos de la economía moderna, pero que encuentran una y otra vez motivos para pensar que de esta se puede salir, algo me dice que quizá estén en lo cierto.

Me cautivó algo que dijo uno de ellos en réplica a la frase "No hay futuro"... dijo "Si no existe futuro... lo creamos". Era uno de los muchos y muchas emprendedores y emprendedoras, unos por vocación, otros por necesidad, que no se rinden y que están empezando a proponer alternativas creativas a la pasividad a la que nos arrastra el mercado laboral de estos tiempos.  

Algunos, cada día más, se han dado cuenta que para salir de aquí hay que tomar un rol proactivo. Un rol "emprendedor" que le llaman ahora. "Si no te gusta donde estás ¡muévete! No eres un árbol" que decía Jim Rohn. Pero no como hasta ahora, las recetas de siempre ya no valen. Ya dijo Mario Benedetti que "cuando tuvimos todas las respuestas, nos cambiaron las preguntas"... y es que lo único constante es el cambio...

¿Pero cuál es esa fórmula? No lo sé, pero por lo visto la que se utilizó hasta hoy no pinta muy bien. Quizá sea difícil despejar las incógnitas de la ecuación, pero seguro que podemos hipotetizar sobre hacia donde podemos empezar a caminar...

Una de esas pistas puede ser la de dejar de funcionar cada uno por su lado y dejar de ver al otro como competidor como sistema, reconsiderarlo todo y verlo como "coopetidor", como posible aliado, como posible socio... Y dejar de hacer la guerra cada uno por su cuenta.

Nadie conoce la receta mágica pero quizá los tiros vayan por ahí... en trabajar de forma colaborativa con aquellos con los que hasta ahora consideraba mis competidores o simplemente, con aquellos con los que pensaba que no me incumbían.

Siguiendo esa estela, surgen iniciativas que reformulan lo establecido hasta hoy bajo la bandera de lo que denominan Coworking. Algunos ejemplos de esta tendencia a cooperar y compartir:







Decía César Llorente, uno de los defensores de esta corriente, que a la hora de ir a vender sus servicios a alguien, ahora antes de hablar, lo que hace es escuchar atentamente al otro para saber qué necesita, porque a lo mejor surge alguna oportunidad mejor de lo que él le venía a vender que beneficie a las dos partes.

No sé cuándo saldremos de ésta... pero de una cosa estoy seguro: Será mejor intentar salir sumando fuerzas que agotándolas en batallas estériles entre unos y otros.

Y hasta aquí mi peñazo-reflexión de inicio de año.

¡Que la fuerza y la cooperación os acompañe!


"Hacer coworking es algo que se aprende haciendo y que con el tiempo se transforma en una habilidad innata, como ir en bicicleta"
-Alex Hillman-