...porque nunca serán defraudados. Esta es, por desgracia, la máxima de muchos conciudadanos, más de 4 millones (20,09% en septiembre), que en estos tiempos vagan por las colas de las oficinas de empleo, los servicios de orientación, las bolsas de empleo... que han convertido en el "buzoneo" de CV su día a día, y que ondean la resignación por bandera.
Se respira un aire de pesimismo, que se contagia y retroalimenta la sensación de fracaso entre aquellos que tienen la esperanza, cada vez menor (y tendiendo a desesperanza, si no desesperación), de encontrar un empleo. Y como a perro flaco todo son pulgas, ya no calan los discursos de los brotes verdes, ni la recuperación del sector tal o cual, ni la reforma laboral,... que les suena a cuento chino, y sólo hace que fortalecer su discurso derrotista de que no hay nada que hacer, que lo peor está por llegar, y justifica que busquen sin esperar encontrar.
Y se hace firme el convencimiento de que nada pierde quien nada espera, porque encuentran ejemplos diarios, verídicos o inventados, que animan a desanimarse. Que si no hay ofertas, y si sale alguna no tengo ninguna oportunidad. Si de lo mío no sale nada... es que está todo muy parado.
Y nos escudamos en el siempre catártico "Es que el gobierno tendría que hacer algo al respecto..." Y así es, pero sobre eso poco podemos hacer, hasta el momento de hablar en las urnas. Mientras tanto, se puede apuntar uno a las movilizaciones sociales, huelgas generales o sectoriales y demás movimientos de masa... Pero mientras, ¿qué puedo hacer yo individualmente sumergido en mi "mismidad"?
Es el momento de reinventarse, de resurgir de la nube de ceniza y encontrar nuevas vías para hacerse visible en un mercado en continuo cambio, que cada día busca nuevas fórmulas para captar profesionales.
Es el momento de echarle imaginación al asunto y aprovechar las fórmulas de toda la vida (los contactos) aplicando las recientes vías para optimizar mi red de contactos (redes sociales y profesionales en Internet). Pero no nos llevemos a engaños, no por el hecho de que nos vean más, vamos a tener el asunto solucionado. Nuestra red de contactos nos ayudará a "ser visibles" pero no mejorará nuestras competencias ni aquello que sabemos ni podemos hacer profesionalmente. Tampoco se trata de enviar muchos CV por Internet, donde antes lo hacía personalmente. El resultado, muy probablemente, será el mismo.
Es el momento de reaprender a aprender, desarrollar las competencias que ya teníamos en la mochila, y transferirlas a nuevas oportunidades. Y conviene, a todas luces, acompañarlas con el desarrollo de nuevas competencias, que nos abran alguna puerta (o una pequeña ventana).
Entre otras cosas, como para casi todo, conviene tener un plan de partida. El plan debería comenzar por definir el objetivo de lo que quiero conseguir (por ejemplo un empleo). Y una vez definido, se trata de currar en el plan, desarrollando la red de contactos (adecuada al plan y objetivos).
Dice Alfonso Alcántara que "El pájaro no canta porque es feliz, sino que es feliz porque canta", y que "una manera de no preocuparse es ocuparse". Así propone la acción en primera instancia, y después ya vendrá la emoción. Pero no se trata de hacer para quedarme tranquilo y justificarme, sino que consiste en una acción planificada y meditada.
Tendremos tiempo de analizar estrategias y técnicas concretas, pero este puede ser un punto de partida: "Al gobierno criticando... y con el mazo dando".