"No es posible asegurar el futuro. Sólo es posible perder el presente" -Ivan Klima-

domingo, 20 de febrero de 2011

El plan de choque contra el desempleo

Ahora que la situación laboral nacional obliga a reformular y reformar las políticas activas de empleo, es labor de cada comunidad autónoma interpretar y aplicar el llamado plan de choque contra el desempleo, que en palabras del Ministro de Trabajo e Inmigración supondrá la reforma más ambiciosa de los últimos 20 años.

El plan de choque contra el desempleo en Baleares, a mi juicio, peca de precipitado (y en gran parte de improvisado), en parte debido a la proximidad de las elecciones autonómicas y municipales. Hay que coser los rotos del pantalón para estar presentables para el examen del 22 de mayo, aunque sea con prisas. Pero el problema es que los ciudadanos desempleados no son pantalones rotos, aunque sí tengan prisa.

En este caso, como en casi todos, me acuerdo de la metáfora del mecánico. Había un taller mecánico con un cartel en la puerta que rezaba "Se ofrece un servicio Barato, Rápido, Bien Hecho (pero sólo dos de las tres)". Es decir, si quieres que sea barato y rápido, no estará bien hecho, si quieres que sea barato y bien hecho, no será rápido, y si quieres que sea rápido y bien hecho, no será barato.

En este caso parece que tiene que ser rápido... ahora veremos cuánto dinero se va a aportar y cómo se podrá utilizar para que la ecuación salga, y esté bien hecho.

El peligro es intentar aplicar una reforma tan ambiciosa, como indica el Ministro de Trabajo, en tan breve espacio de tiempo, pudiendo dejar demasiados puntos a la improvisación.

En cualquier caso, el plan, que en clave política y social supone la reducción de 10.000 personas de las estadísticas de desempleados de Baleares (que es de 90.736  personas en enero) no es cualquier tontería, reducir un 11% el paro en Baleares de una tacada no está mal (bienvenido sea). El tema es cómo y hasta cuándo, y si las medidas, enmarcadas en la reforma de las Políticas Activas de Empleo, van a generar valor a los desempleados a medio y largo plazo (es decir, van a aumentar su capacidad de conseguir un empleo futuro), y si van a fomentar la contratación por parte del tejido empresarial.

Es un tema de sostenibilidad (ahora que está tan de moda el término). La duda es si este cambio, a todas luces precipitado, pero seguro que bienintencionado, será sostenible en el tiempo, obtendrá los resultados esperados y será de largo recorrido, o por el contrario, supondrá un parche en una rueda que se desinfla un poco más a cada pedalada.

Lo que es seguro es que todos los técnicos y profesionales que forman parte de los agentes implicados en gestionar y aplicar las medidas y proyectos de las políticas activas de empleo lo seguirán haciendo con la mayor de sus dedicaciones, y con vocación de servir a los ciudadanos, sobre todo a aquellos que son más vulnerables en estos momentos.

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