"No es posible asegurar el futuro. Sólo es posible perder el presente" -Ivan Klima-

sábado, 6 de noviembre de 2010

Yo lo veo así

Es curioso como un mismo acontecimiento puede percibirse de forma tan diferente por quienes lo vivencian.

Y no es un tema baladí, sino que este simple hecho constatado, puede suponer desde tiempos inmemoriales una fuente inagotable de conflictos interpersonales, sociales, políticos, religiosos...

Estos días nos bombardean con la visita del Papa Benedicto XVI, y con opiniones encontradas sobre la misma. Unos la viven como un gesto de concordia y libertad religiosa, mientras que otros como un acto de dispendio económico (con fondos públicos) en un momento inadecuado, incluso llegando a organizar una plataforma llamada "Yo no te espero", que llega a tener merchandising con chapas, banderas y demás.

Se dice que hay tantas realidades como personas, que cada persona es un mundo, y todo un sinfín de dichos procedentes del refranero popular, siempre tan socorrido. Y algo de eso hay... ("cuando el río suena...")

Hecho: Una vez escrutados los votos de las elecciones nacionales, autonómicas o municipales, podemos escuchar a todos y cada uno de los grupos políticos congratularse de los resultados por haber ganado. ¡Todos ganan! O porque tienen mayor número de votos, o más escaños, o ampliaron provincias ganadoras en relación a las anteriores elecciones, o sigo perdiendo pero tengo más que antes, entonces gano... En definitiva, todos se suben al carro de la victoria pase lo que pase.

Eso me recuerda a determinadas personas, que cuando empiezan a entrar en años, dicen ir perdiendo audición (muchos la pierden ciertamente), y lo utilizan como excusa para justificar que no oyen... pero sólo lo que no les interesa. Eso de la atención selectiva... Y es que muchas veces, oímos lo que queremos oír, vemos lo que queremos ver... en definitiva, percibimos lo que queremos percibir. O lo que sabemos percibir.

Preguntemos la diferencia entre un vino de Rioja y un Ribera del Duero a un sommellier (o sumiller en castellano) o de un reserva concreto a otro y nos dará todo un mundo de matices, que el resto de humanos no somos capaces de percibir, ni de diferenciar.

Recuerdo un anuncio de relojes que hablaba del tiempo y explicaba el significado y el valor que una décima de segundo tenía para un corredor de atletismo. ¿Qué supone una décima de segundo para los demás? Ni un suspiro. Que le pregunten a Fernando Alonso qué suponen unas décimas de segundo... Perder o ganar la "Pole position" o la carrera.

José Antonio Marina lo define con gran precisión al afirmar que "todos vivimos en la misma realidad, pero cada uno habitamos en nuestro propio mundo". Y es que la percepción del mundo que nos rodea está pasada por múltiples filtros fisiológicos, psicológicos, sociales, culturales, familiares, educativos, etc. cargados de creencias, valores, prejuicios, suposiciones,... diferentes en cada uno de nosotros (en unos casos más que en otros) que hacen que cuando vivimos algo lo valoremos de forma muy diferente. Decía el otro día Elsa Punset en el "Hormiguero" en relación a las personas optimistas y pesimistas, que un acontecimiento como estar presente en un atraco en un banco como cliente y recibir un disparo en el hombro podía percibirse como una desgracia ("me han disparado con toda la gente que había en el banco") o como una suerte ("me han disparado en el hombro cuando podía haber sido en algún órgano vital").

Y es que ya decía Antonio Blay Fontcuberta que "no vemos las cosas como son... vemos las cosas como somos nosotros".

Sólo el hecho de conocer y aceptar los diferentes prismas con los que se percibe la realidad (sin entrar en profundidades de Construccionismo Social, que nos llevaría filosofar en demasía) nos facilita la vida en la interacción con los demás. La famosa y manida empatía, de la cual nos solemos congratular de practicar y que no siempre aplicamos en la convivencia con los demás, en los negocios, en el trabajo en equipo, en la amistad...

Eso me recuerda al tema de los consejos a los amigos, que cuando nos comentan una situación les solemos decir "yo que tú, haría tal o cual cosa..." Pero no nos ponemos en su lugar, sino que analizamos lo que le pasa desde nuestro filtro. Qué peligrosos son los consejos! Os doy un consejo: No os fiéis de mis consejos (vaya paradoja más maja me ha salido).

Y como percibo que me empiezo a extender demasiado, voy a ir terminando.

"Los desacuerdos suelen surgir por diferencias en percepción sobre lo que debe y no debe ser. ¡Todos tenemos razón sobre nuestra propia realidad"
-Rob McBride-

"¿Culo o codo?"
-Pablo Motos-









2 comentarios:

  1. Tu post me ha recordado a las sensaciones que percibí al ver "Crash" (Oscar mejor película 2005).
    Todos los personajes navegan entre el bien y el mal durante toda la película. Solo depende desde donde analicemos al personaje: el policía racista a cuyo padre le niegan las ayudas sociales para dárselas a los negros humilla a una pareja de negros, minutos después acaba salvando la vida de la mujer negra a la estuvo manoseando. El otro policia tan bueno y comprensivo acaba matando a un chico negro al que sube al coche. El fiscal, padre de familia modélico y luego engañando a su mujer. El policía negro que se niega a que le vean con su amante porque es hispana.
    Todos son buenos y malos, todos ven y son vistos desde diferente ópticas.
    Quizá la culpa de todo la tenga esa moral judeocristiana que no hace juzgar la moral de quien nos rodea.
    Quizá es como dices que la verdad que vives tú es diferente si la vivo yo y cada verdad tiene mil verdades.

    Un abrazo Pablo

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  2. Gracias por tu comentario Xisco. No he visto Crash, pero me la apunto como pendiente.
    Algún día hablaremos sobre si existe una realidad objetiva sobre la que interpretamos o es nuestra percepción la que construye la realidad (o realidades).
    Un abrazo

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